Etapa.- Ibeas de Juarros – Burgos
Hacía frío en Logroño a las siete de la mañana, cuatro grados, creo recordar. Cuando nos apeamos del autobús en Ibeas de Juarros su termómetro marcaba uno. Nada mas descender de él, llegó a nosotros un característico olor a pan recién hecho. En la panadería compramos pan para el almuerzo y una torta de aceite para consumir al comenzar a caminar. La amable panadera nos hizo esta foto. Se puede comprobar que los tejados están blancos y no es nieve. No hacía viento, lo que permitía caminar sin sensación de frió extremo. Salimos del pueblo por un andadero habilitado al efecto, dejando a nuestra derecha el edificio de las antiguas escuelas nacionales, construido en piedra de sillería, con sus dos aulas de una sola planta destinadas a chicas y chicos respectivamente y en los extremos dos casas de dos plantas destinadas al uso del maestro y maestra respectivamente. El escarchado andadero discurre paralelo a la ruidosa N-120 y en escasas dos horas llegamos a la localidad de Castañares. En su plaza, sobre una mesa de cemento dedicada al juego del ping-pong, colocamos las viandas destinadas al almuerzo. La temperatura seguía siendo fría, pero el sol comenzaba a hacer tímidos intentos por romper el espesor de las nubes. Aún quedaban ocho kilómetros para llegar a Burgos y decidimos hacerlos por un paraje denominado fuentes blancas, paralelo al río Arlanzón, en contra del criterio de los peregrinos mas puristas, que aducen que el autentico es por Villafría. Como nosotros no somos peregrinos puristas, pues eso. Al comenzar este camino, nada más pasar por un puente peatonal del río Arlanzón, en el tronco de un chopo, Juan, encontró una gran seta, como muestra la foto.
Enseguida llegamos a una parte del camino donde numerosas personas se paseaban arriba y abajo. Pasamos al lado de una playa artificial acondicionada en la ribera izquierda del río. Pasamos por unas obras correspondientes al desmantelamiento de la antigua vía del ferrocarril y lo que será una gran y ancha avenida y enfilamos el último tramo hasta llegar a las puertas del reciente y gran museo de la evolución humana, frente a la embocadura del puente presidido por la gran estatua de el cid campeador. Una vez en la ciudad, lo típico, visita a la catedral y paseo por el casco antiguo bajo los incipientes rayos de sol, hasta hacer hora de comer. Tal y como estaba previsto, lo hicimos a manteles, como muestra la foto.
Cuando después de comer caminamos hasta la estación de autobuses, lo hicimos bajo un claro sol que aliviaba la temperatura de tres grados, que marcaba un gran termómetro en lo alto de una soleada fachada.
Con la llegada a Burgos damos por terminado este tramo del camino de Santiago. Tenemos previsto para el comienzo de la primavera, hacia el mes de marzo del próximo año, hacer también en diversas etapas, la distancia que hay entre Pamplona y Logroño.
Se avisará oportunamente a través de carteles colocados en este tablón de anuncios, así como en el blog de Adex.
Agradecer a todos y cada uno de los que han caminado estas etapas, sin cuyo concurso no podrían haberse realizado y animar al resto a que se enganchen en primavera.
Un saludo y hasta la próxima.
Cronista: Ricardo Moyano.
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