Adex celebró el pasado día 31, último viernes del mes de marzo, un Club de lectura muy especial, ya que contamos por primera vez con la presencia de nuestro profesor de mitología: Jorge Fernández. El libro elegido en esta ocasión fué: Caperucita en Manhattan, de Carmen Martín Gaite.
No sabemos si la escritora Salmantina se encontraba en Manhattan cuando concibió este libro, pero sí podemos afirmar sin miedo a equivocarnos que paseó por allí con Caperucita. Así lo afirma la autora en la dedicatoria del libro: "Para Juan Carlos Eguillor, por la respiración boca a boca que nos insufló a Caperucita y a mí, perdidas en Manhattan a finales de aquél verano horrible".
No sabemos si la escritora Salmantina se encontraba en Manhattan cuando concibió este libro, pero sí podemos afirmar sin miedo a equivocarnos que paseó por allí con Caperucita. Así lo afirma la autora en la dedicatoria del libro: "Para Juan Carlos Eguillor, por la respiración boca a boca que nos insufló a Caperucita y a mí, perdidas en Manhattan a finales de aquél verano horrible".
Al encontrarnos por primera vez con el título de esta novela, uno se pregunta si encontrará entre sus páginas a todos esos personajes del cuanto tradicional . Y efectivamente, lo hace. Sin embargo, Martín Gaite va más allá y nos ofrece una historia totalmente nueva, en la que sus protagonistas adquieren tonos mucho más suaves y en la que la ferocidad sólo se da en esos pequeños mensajes que la escritora nos va dejando a lo largo del texto, para que nos sirvan en nuestro propio camino.
Así, la escritora nos presenta a una Caperucita (Sara Allen) que ansía la
libertad y que se atreve a desafiar cualquier norma cuando sale a
buscarla por sí misma. Sin embargo, en ningún momento se nos ocurre
reprenderla, porque sabemos que hemos de darle una oportunidad a sus
sueños. Y es justo entonces cuando aparece Miss Lunatic, el personaje
que no tiene referente alguno en el popular cuento, pero que es pieza
esencial en esta obra. Miss Lunatic se podría decir que es la voz misma
de la escritora, la que dará pequeños y sabios consejos a nuestra
Caperucita: una señora mayor que se pasea por las calles y a la que todo
el mundo saluda, pero a la que nadie conoce realmente.
Ella guiará a Sara en el momento en que más lo necesita, pero eso sí, dándole siempre mucha independencia porque como ella misma dice: "Me limito a señalar caminos que se cruzan y a dejar a la gente en libertad para que elija el que quiera". Y por último, aparece en escena el señor Wolf, que lejos de ser un lobo feroz, es un gran empresario que carece de las cosas más básicas, porque ya se sabe que el dinero no da la felicidad. Sara le ofrecerá los elementos para el cambio y el señor Wolf decidirá tomarlos, permitiendo así establecer nuevas prioridades en su vida.
Ella guiará a Sara en el momento en que más lo necesita, pero eso sí, dándole siempre mucha independencia porque como ella misma dice: "Me limito a señalar caminos que se cruzan y a dejar a la gente en libertad para que elija el que quiera". Y por último, aparece en escena el señor Wolf, que lejos de ser un lobo feroz, es un gran empresario que carece de las cosas más básicas, porque ya se sabe que el dinero no da la felicidad. Sara le ofrecerá los elementos para el cambio y el señor Wolf decidirá tomarlos, permitiendo así establecer nuevas prioridades en su vida.
Carmen trabajó en esa ciudad neoyorquina, y éste fue el escenario escogido para un libro donde una mujer peculiar se decide a acompañar a una niña valiente que sabe lo que quiere, pero desconoce cómo llegar y por dónde. El papel de la mujer es recordarle a la niña su capacidad para ser lo que ella desee. Carmen llamó Sara a la niña, pero las coincidencias con el cuento de Perrault nos hacen pensar inmediatamente en Caperucita. Aunque en realidad la niña se llamaba Marta y se trataba de su propia hija, que murió antes de cumplir los treinta años.
"Y no olvides una cosa -le dijo miss Lunatic-. No hay que mirar nunca
para atrás. En todo puede surgir una aventura. Pero ante las ansias de
la nueva aventura, hay como un miedo por abandonar la anterior. Plántale
cara a ese miedo."
Texto y Fotografías: Blanca Alfaro
No hay comentarios:
Publicar un comentario