"Partiendo de un acontecimiento histórico que tuvo lugar en nuestra ciudad, el proceso de las brujas de Zugarramurdi, encontramos la excusa para conocer nuestra historia y proponer a los turistas una experiencia diferente para conocer el Logroño del siglo XVII". Así reza la publicidad de esta nueva ruta turística "Tras las huellas de la Inquisición", que realizamos un grupo de socios de ADEX el viernes pasado a las siete de la tarde. Y no nos vino mal el cambio de hora, puesto que la oscuridad, rota tan sólo por el resplandor amarillento de las farolas, nos sumergió con más facilidad en los albores del siglo XVII, cuando en Logroño estaba a punto de comenzar el Auto de Fe de "las Brujas de Zugarramurdi".
Nuestra guía, Pilar, nos acompañó primero al "Cubo" del Revellín, donde nos habló del libro que sienta las bases de la brujería "Malleus Maleficarum" (el martillo de los brujos), escrito en 1486 por los monjes dominicos: H. Kramer y J. Sprenger. Este libro se convirtió a lo largo de los tres siglos siguientes en el manual indispensable para todos los interesados en la brujería en Europa, ya que abarcaba los poderes y prácticas de los brujos y sus relaciones con el demonio. Entre otras lindezas, además de hablar de los íncubos y súcubos y del sapo como animal ligado a los brujos, comentan que las mujeres son un mal necesario. Y, añado yo, de aquellos polvos...
Todo comenzó, nos contó Pilar, cuando a finales de diciembre de 1608 María de Ximildegui vuelve a Zugarramurdi procedente de Ciboure y se jacta de haber pertenecido a un conventículo de brujas y de asistir a aquelarres incluso en el propio Zugarramurdi. Fue cuestión de tiempo que delatara a alguno de los asistentes, y el primer nombre fue el de María de Jureteguía, que, presionada, no tarda en confesar que era bruja desde niña. En una sociedad supersticiosa donde todo lo malo, incluyendo a las personas, era diabólico, no tardan en salir a la luz rencillas vecinales que provocan el sucesivo lanzamiento de falsas acusaciones.
A continuación visitamos el "Parque de la Memoria" donde están plantados los once olmos ("Zugarra" en euskera) siberianos, que recuerdan a las once personas que fueron condenadas a la hoguera. Y aquí vamos a hablar de números: De los 280 testimonios que el Santo Oficio tuvo en sus manos en este proceso, sólo 53 personas fueron procesadas. De éstas, 21 fueron castigadas por delitos pecaminosos, otros 21 fueron perdonados tras su confesión y penitencia, y volvieron a ser acogidas en el seno de la Iglesia. De los once condenados, seis fueron quemados vivos (en un lugar de la otra orilla del Ebro, que aún lleva el nombre de "los quemados") y los otros cinco también pero en efigie, ya que habían muerto en prisión. Diez de ellos jamás confesaron. En 1614, después de 300 víctimas, se acaba la quema de brujas en España. Hay que recordar que en territorio francés fueron ejecutadas por centenares, pero ya se sabe: unos cardan la lana y otros llevan la fama.
Entramos en la casa de Mateo de Nuevas, Secretario Honorario del Secreto de la Inquisición, que fue rehabilitada entre 2009 y 2010. Su medianil oeste está decorado con el mural "Sello Tatoo" como elemento señalizador del Camino de Santiago a su paso por Logroño. Vimos los lagares (Mateo era comerciante de vino), los pilares que se han conservado, y los restos de pintura mural de la antigua casa que, tras ser restaurados, se recolocaron en la caja de escaleras. La clave de la bóveda está decorada con el escudo circular de la Inquisición: una cruz de nudos, una rama de olivo a la izquierda y una espada a la derecha. La bóveda y los muros se decoran con jarrones con ramos de flores, claveles y tulipanes. Según reza una inscripción conservada en uno de los muros, esta decoración pictórica data de 1734, el año en el que Mateo de Nuevas pasó a formar parte del Tribunal de la Inquisición de Logroño. Desde 2012 es la sede de la Fundación Dialnet de la Universidad de La Rioja.
Y como relatar todo lo que aprendimos sería muy largo y ocuparía mucho espacio, me voy a limitar a recordar los nombres de otras personas que conocimos, y que están relacionadas con estos hechos: Fray León de Araníbar, abad de Urdax que se quita a los siervos y campesinos díscolos que tenía bajo su mando feudal denunciándolos al Santo Oficio por brujería; María de Zozaya, la única guizpuzcoana (de Rentería) de los once "relajados", acusada de haber sido dogmatizadora de brujos, que contaba 80 años cuando una temprana muerte la libró de ser pasto de la hoguera;
Alonso de Salazar y Frías, "el abogado de las brujas", jurista y diplomático burgalés "uno de los clérigos más brillantes de la corte" cuya gestión (era inquisidor) en este proceso evitó la hoguera a miles de personas (se habla de 5.000) vinculadas a la brujería, adelantándose cien años al resto de Europa. Johannes de Bargota, cura de Viana (que en el siglo XVII pertenecía a Logroño), donde desarrolló sus oficios como hechicero; Endregoto, la cieguecita de Viana, que murió en la hoguera acusada por la Inquisición del homicidio del Conde de Aguilar...
Y tantas cosas que nos contó Pilar, nuestra magnífica guía, que no tengo espacio para todas. Dado que los vándalos que asolan nuestra ciudad han borrado concienzudamente los nombres de los condenados a la hoguera en noviembre de 1610, que figuran en la placa conmemorativa del "Parque de la memoria" pero que han quedado ilegibles, os los escribo aquí. A petición de la Junta Directiva aclaro también que
esta actividad la sufragó ADEX.
Quemados en la hoguera
María de Arburu, 70, Zugarramurdi.
María Baztán, 68, Zugarramurdi.
Graciana Xarra, 66, Urdax.
María de Echachute, 54, Zugarramurdi.
Domingo de Subildegui, 50, Zugarramurdi
Petri de Juangorena, 36, Zugarramurdi.
Muertos en prisión y quemados sus restos en el hoguera
María de Echalecu, 40, Urdax.
Estevanía de Petrisancena, 37, Urdax.
Juanes de Echegui, 68, Urdax.
Juanes de Odia, 60, Urdax.
María de Zozaya, 80, Oyeregui.
Mari Juanto, 60, Zugarramurdi.
Texto y fotografías (hice lo que pude...) Blanca Alfaro
Con todo ello también
se pretende, según ha señalado Montes, "deshacer un pequeño equívoco ya
que se piensa que la casa Mateo de Nuevas es la casa de la Inquisición,
porque ahí no estuvo la Inquisición, pero sí hubo una sede de la
Inquisición".
El Ayuntamiento cede el espacio de la Casa de Mateo de Nuevas para que
puedan ser visitados los lagares, pinturas y el escudo de la
Inquisición, "unas visitas que son de interés tanto para los turistas
como para los propios riojanos" ha declarado Lumbreras. Esta nueva ruta
temática tendrá "un aire distendido, divertido, ameno a la vez que se
proporcionarán muchos datos sobre esta época y sobre la Inquisición" ha
destacado Lumbreras.
Esta visita guiada recorre los espacios de la Inquisición, la antigua
ubicación donde estaba el Palacio del Tribunal de la Santa Inquisición
de Logroño, del que no quedan restos; la casa de Mateo de Nuevas,
secretario honorario del secreto de la Inquisición de Logroño; espacios
naturales como el parque del Ebro, donde se encuentran los once olmos
que se plantaron en recuerdo de las once personas que fueron condenadas a
morir en la hoguera; se recreará el Auto de Fe donde estuvo la Antigua
plaza del Ayuntamiento; también se visitarán espacios religiosos, como
la Iglesia de Santiago, la Iglesia de San Bartolomé.
La Inquisición en España se crea fundamentalmente, para perseguir a
moriscos, y a judíos, y se va a poder ver en esta visita guiada cómo era
la ciudad en el siglo XVI-XVII, con las casas típicas que existían,
como la Reja Dorada o el Palacio de los Yanguas, un palacio de judíos
conversos asentados en una de las zonas comerciales de la ciudad; y nos
llevará a hacer un recorrido por la Villa Nueva, un barrio en
recuperación donde tradicionalmente se piensa que estaba la judería de
Logroño; se concluye la visita en la Plaza del Mercado donde quedaban
expuestos los San Benitos que tenían que llevar los condenados por
herejía. Se hablará también de brujos importantes de la zona como
Johanes Bargota o Endrogoto, la cieguita de Viana.
Ver más en: http://www.20minutos.es/noticia/2809189/0/tras-huellas-inquisicion-nueva-ruta-turistica-para-conocer-logrono-siglo-xvii/#xtor=AD-15&xts=467263
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Cierto que fue un paseo muy agradable y para algunos muy enriquecedor. Había pasado muchas veces por el parque del Ebro en el que se encuentra el bosque de la memoria y nunca lo había visto.
ResponderEliminarMe llenó de curiosidad el relato que hizo nuestra guía sobre María de Zozaya, que a sus ochenta años se confesó bruja y confesó sus brujerías más extravagantes e increíbles, desde volar hasta cambiar de aspecto a voluntad.
Creo que llegar a esa edad en el siglo XII, pasar dos años encarcelada y aislada para retractarse al final de ese injusto trato no le mereció la pena. María no era Bruja,tenía mucho mundo.