El pasado viernes 18 de diciembre se celebró en el Espacio Cultural de la librería Santos Ochoa la cuadragésimo novena velada del Club de lectura de ADEX, con un coloquio sobre "Yerma" el libro basado en la obra teatral del mismo título escrita por el poeta y dramaturgo español Federico García Lorca (Fuentevaqueros 1898). Fué publicado en 1934, formando junto con Bodas de Sangre (1933) y La casa de Bernarda Alba (1936) la "Trilogía lorquiana", y comparte con ellas la caracterización del universo de pasiones femeninas immerso en una sociedad conservadora.
Yerma, nombre propio de la protagonista, es una mujer estéril que espera con ansiedad la llegada de un hijo. Pasa el tiempo, y viendo que sus sueños y su ilusión por la maternidad no se cumplen, acaba enfrentándose consigo misma, con su propio marido (al que estrangula), y con la sociedad en que vive.
A simple vista, podemos considerar esta obra como un drama rural, el de una mujer estéril obsesionada por el hecho de no poder ser madre. Sin embargo, en la reunión se comentó que este argumento, aparentemente tan sencillo, esconde otra intención del autor: la de hacer una crítica terrible a la sociedad del momento, en la que el hombre es el dominador y el papel social de la mujer se reduce únicamente a la maternidad y a las labores domésticas. Algún compañero indicó que en esta obra veía una crítica a toda una época oscura y cerrada de España, una época de represión que Lorca personifica en la protagonista, una mujer a la que ni el marido, ni la familia, ni la sociedad dejan germinar.
En Yerma, Lorca nos muestra una mujer valiente que se libera a sí misma. Ella nunca aceptará su esterilidad (su incapacidad, su subordinación), y hará de la maternidad un valor absoluto y necesario. Un prototipo de mujer muy parecido a Adela (La casa de Bernarda Alba), la hija que reinvindica su deseo de libertad ante su madre.
En Yerma, Lorca nos muestra una mujer valiente que se libera a sí misma. Ella nunca aceptará su esterilidad (su incapacidad, su subordinación), y hará de la maternidad un valor absoluto y necesario. Un prototipo de mujer muy parecido a Adela (La casa de Bernarda Alba), la hija que reinvindica su deseo de libertad ante su madre.
¿De dónde vienes, amor, mi niño?
«De la cresta del duro frío.»
¿Qué necesitas, amor, mi niño?
«La tibia tela de tu vestido.»
¿Qué pides, niño, desde tan lejos?
«Los blancos montes que hay en tu pecho.»
Te diré, niño mío, que sí.
Tronchada y rota soy para ti.
¡Cómo me duele esta cintura
donde tendrás primera cuna!
¿Cuándo, mi niño, vas a venir?
«Cuando tu carne huela a jazmín.»
¡Que se agiten las ramas al sol
y salten las fuentes alrededor!
Texto y Fotografías: Blanca Alfaro
El Club de lectura de ADEX os desea FELIZ NAVIDAD |
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