Foto: Paco Moral |
Llegamos a Bértiz, y Juan, que además de ejercer estupendamente de guía nos preparó algunas sorpresas, nos explicó que este territorio, que limita al este con el Valle de Baztan perteneció a la casa de Bertiz desde el siglo XIV y que en 1898 fue adquirido por Pedro Ciga, que lo remodeló y a su muerte en 1949 (no tuvo hijos), lo donó a la Comunidad Foral de Navarra con la condidión de que se conservara tal cual y fuera utilizado exclusivamente para fines recreativos, educativos y científicos.
Menos mal, porque así pudimos disfrutar de este maravilloso parque y admirar su jardín botánico, con más de 120 especies de árboles y arbustos diferentes. Además de hayas, la especie más abundante, pudimos ver el ciprés calvo, cedros del Líbano, el gingko de China, sequoyas de California, bambues y unos coloridos liquidámbar. Antes de comer, recorrimos a pie el centro de Elizondo, capital administrativa, jurídica y cultural del valle de Baztan, que cuenta con ilustres fachadas y escudos nobiliarios espectaculares. Y cómo no, también fuimos hasta el bar Txokoto, que está al lado del puente de su mismo nombre, y que es lugar de reunión de algunos personajes de la "Trilogía del Baztan", de Dolores Redondo, y que por lo visto, habían leído casi todos los excursionistas.
Después de la comida en el asador Ordoki, donde degustamos un muxu goxo (beso dulce), típico postre de invierno del valle del Baztán navarro, Juan nos anunció la primera de sus sorpresas y antes de ir a Zugarramurdi tomamos un camino, en autobús primero y andando después, hasta una altura desde la que pudimos contemplar una espectacular panorámica del valle del Baztán. Una vez en el autobus de nuevo, salimos hacia "Sorginen Leizea", un impresionante complejo cárstico superficial situado a pocos metros del casco de Zugarramurdi.
Su nombre hace mención a las celebraciones paganas que tenían lugar en algunas de sus salas en la antigüedad, y que llevó a la hoguera a varios de sus habitantes acusados de brujería. El proceso fue llevado por el Tribunal de la Inquisición Española de Logroño, y en el auto de fe celebrado en 1610 fueron quemadas vivas seis personas y cinco en efigie (porque ya habían muerto). Interpelado Juan al respecto, nos aseguró que los zugarramurditarras no nos guardan ninguna animadversión por este desgraciado suceso.
Después de posar para Carlos en un puentecito (que no se hundió de milagro), nuestro guía nos dió la segunda sorpresa de la tarde y nos llevó hasta un magnífico roble escondido en el bosque (tuvimos que andar unos 10 m. desde la carretera). Era impresionante. Y como no tengo palabras para describirlo, os dejo la foto de Carlos para que podáis contemplarlo.
Foto: Carlos Rojo |
Y de allí a las cuevas de Urdax, donde entramos divididos en dos grupos. Una de sus grutas, la de Ikaburu, está considerada como el yacimiento prehistórico del paleolítico superior más importante de Navarra. Llena de estalagtitas, estalagmitas y otras formaciones (como las orejas de elefante), ha servido de escondite a contrabandistas y de refugio a las contiendas carlistas durante la guerra de la independencia. El guía de la gruta quiso asustarnos apagando la luz y diciéndonos que a lo mejor salía por allí alguna Lamia, pero me parece que no nos lo creímos ninguno.
Antes de volver a Logroño paramos en una tienda para comprar algún recuerdo (en forma de queso), y nos despedimos de Juan, dándole las gracias por un día tan maravilloso. Gracias especiales a Carlos Rojo y a Francisco Moral por sus fotografías, y a Ludi y Matilde, organizadoras de este viaje. A partir del día 3 de noviembre informaremos a nuestros amigos viajeros, en el blog y por todos los demás medios habituales, de la próxima excursión de ADEX. Hasta entonces.
Foto: Carlos Rojo |
No hay comentarios:
Publicar un comentario