Foto: Carlos Rojo |
A pesar de que estos últimos días en Logroño han tenido tintes invernizos, hoy sin embargo, la aurora abre las puertas a una mañana luminosa y fresca.
Partimos
puntualmente a las 7:45 horas rumbo a
Canfranc, nuestro primer destino, y el sol que se elevaba paulatino en
el horizonte era nuestro compañero de viaje, si bien al adentrarse la
carretera entre los montes de Navarra ¡Oh sorpresa! el astro que unos momentos
antes brillaba majestuoso en el firmamento se mostraba ahora semiopaco a través
de la niebla, y pudimos observarlo durante un buen rato cual si fuera una gran
bola de helado de vainilla a la que alguien hubiese dado un lance con una gran
cuchara. Tal era el aspecto que presentaba el sol en esos momentos debido al
eclipse parcial que estaba teniendo lugar, y que gracias a la niebla que actuaba como filtro natural y a las curvas de la calzada que nos lo mostraba
alternativamente por cada lado del autobús, pudimos contemplar todos con
verdadera fascinación.
Enajenados en esta contemplación tan poco
frecuente, llegamos a Berdun, nuestra primera parada, donde tomamos un café y
dimos cuenta del “morroneo” al que ADEX y algunas compañeras nos tienen
acostumbrados, y ya de paso aprovechamos
para hacer toda clase de aguas…
“Mañana de niebla
tarde de paseo” dijo alguien, citando el refranero, y así fue: Pronto el sol se
hizo dueño del cielo otra vez, disipando la niebla y nos acompañó durante buena
parte del resto del día.
Foto: José Antonio González |
Ya en Jaca nos vimos
gratamente sorprendidos por la belleza de su catedral, donde se mezclan en increíble
armonía los distintos estilos arquitectónicos, desde el románico, pasando por
el gótico, renacentista y barroco. En el Museo
Diocesano pudimos disfrutar, entre otras cosas, de una importante colección de
pinturas murales, todas ellas de temática sacra
de la época medieval, traídas de los distintos templos pertenecientes a
la diócesis Jacetana.
Ya por la tarde,
después de comer en un restaurante de esta ciudad mientras disfrutábamos de
una entrañable convivencia, pudimos visitar La Ciudadela o Castillo de San
Pedro, que se enmarca en la estrategia de defensa adoptada por Felipe II y
responde a la necesidad de defenderse de un enemigo que contaba ya con armas
de artillería.
Por último, en el
Museo de Miniaturas Militares que ocupa uno de los locales dentro del castillo,
tuvimos oportunidad de ver en miniatura la
evolución de los ejércitos y las artes de la guerra a través de la
historia, desde el antiguo Egipto hasta nuestros días. A las 18:30
puntuales, mi agradecimiento por ello a todos los participantes en el viaje,
iniciamos el retorno a nuestro hogar dulce hogar…
Texto: José Antonio González de Ávila
Fotografía: Carlos Rojo Aladro
Texto: José Antonio González de Ávila
Fotografía: Carlos Rojo Aladro
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