lunes, 3 de julio de 2017

VIAJE A CATALUÑA Y SUR DE FRANCIA


Contentos y felices y con el cielo un tanto enfurrado salimos de Logroño el pasado día cuatro camino de Gerona y el Rosellón, también llamado Cataluña Norte y Costa Vermella. 
Éramos un grupo de amigos y compañeros de diversos módulos de la Universidad de la Experiencia y estábamos decididos a pasar unos días inolvidables llenos de risas y camaradería. Nuestra primera parada, Gerona, una ciudad preciosa donde una guía nos llevó por calles y rincones, escaleras arriba y abajo para disfrutar de su gran patrimonio artístico.
A destacar la catedral situada en lo alto de la ciudad, cuya amplia nave gótica destaca por ser la segunda más ancha del mundo, tras la Basílica de San Pedro del Vaticano. El río Oñar nos acompañaba en nuestros vericuetos, silencioso y fiel, bajo sus puentes.

La siguiente parada, el hotel, en Ampuriabrava.
Con unas estupendas instalaciones nos acomodamos y después de cenar nos fuimos a dar una vuelta por el lugar y conocer un poco el que iba a ser nuestro escenario nocturno durante nuestra escapada. Ampuriabrava  es la marina residencial  más  importante de Europa, con  unos  24 km de  canales navegables y  se encuentra en el golfo de Rosas. Dispone de una playa de 1,5 km de largo que se extiende desde el límite con Rosas hasta la desembocadura del río Muga En 1967 comienzan a construirse los primeros canales y viviendas, según el modelo de la marina residencial inspirada sobre todo en otros proyectos similares en Florida. 




Nuestra primera visita del día siguiente nos lleva a Narbonne y Carcassonne, dos ciudades en el departamento de Aude, en la región de Occitania. Castillos, incluso ciudades enteras se alzaron contra  liglesia  de  Romcomo  símbolo  de rebeldía siendo el sureste de Francia uno de los territorios de mayor arraigo para el pueblo cátaro , pueblo que desde el siglo XII fue acusado de herejía y muy perseguidos. Por suerte aún quedan vestigios de su historia
El  canal  de  la  Robine  atraviesa  la ciudad  de Narbona y  la  plaza  del  ayuntamiento  conserva restos de la Via Domitia, antigua conexión romana entre Italia y la península Ibérica. El gran Palacio de los Arzobispos y el torreón Gilles Aycellin  son los símbolos más visibles junto con la catedral de San Justo y San Pastor.

Junto a lMontañNegrsyergula Cité dCarcasonauauténtico espectáculo arquitectónico medieval plasmado en un conjunto doblemente amurallado flanqueado por torres y que ofrece una vista panorámica del resto de la ciudad.
El castillo condal es una impenetrable fortaleza dentro otra. Data del siglo XIII y está protegido por una barbacana semicircular y un foso. El esplendor de la Cité se debe en parte a su rehabilitación eel siglo XIX por Viollet-le-Duc y es patrimonio de la Unesco desde 1997.

La mañana siguiente, martes, salimos hacia Perpignan, ciudad que recorrimos caminando por sus calles y por la tarde visitamos Rosas, donde tuvimos un rato para pasear por la playa  hasta su interesante ciudadela. Los griegos primero y sobre todo los romanos después, hicieron de este enclave un lugar muy importante construyendo en la plaza el templo a Minerva y en las montañas un templo a Venus.
A continuación visitamos Castellón de Ampurias, citada ya en el año 879. Hacia 1064 los condes dAmpurias deciden trasladar su residencia  a  Castellón. En ese mismo año, se consagra la   iglesia de Santa María, con estructura de estilo románico. Hasta la expulsión de los judíos había aquí una populosa  judería o  Call, que llegó a contar con unos 300 habitantes y dos sinagogas. Justo al lado de la iglesia existe un curioso museo de miniaturas. Incrble la habilidad y la paciencia para tallar un pistacho o pintar la cabeza de un alfiler

El miércoles visitamos lo que para mí era el plato fuerte del viaje: Colliure, pueblo precioso donde, además, está la tumba de Antonio Machado, nuestro gran poeta. Imposible describir los sentimientos experimentados ante su panteón. A continuación, y aún emocionados, tomamos un trenecillo que nos llevó a lo alto del pueblo donde se erige el Fuerte de San Telmo y desde donde las vistas son impresionantes. Volvimos al pueblo que inspiró  a grandes artistas como Henri Matisse y André Derain. También aquí, está enterrado el novelista Patrick O´Brian.
Hay que visitar el puerto, la playa Boramar y la iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles con su campanario medieval  que era un faro y la nave de la iglesia que se construyó en el siglo XVII junto a él. Muy cerca, está la capilla de San Vicente una pequeña ermita construida en la roca. Al otro lado del puerto está el castillo real, de origen visigodo del siglo VII, aunque la construcción actual es del siglo XIII, cuando fue residencia de los reyes de Mallorca.

La llegada a Besalu, esa tarde, fue impresionante, con el puente magnífico que nos abrió camino hasta la ciudad y su judería, una de las más completas y mejor conservadas, que recibe numerosos visitantes israelíes. No en vano, en 1966, fue declarada «Conjunto Histórico-Artístico Naciona por su gran valor arquitectónico. Pasear por sus calles empedradas fue retroceder siglos en el tiempo. 



Al día siguiente, y en una jornada absolutamente daliniana” visitamos por la mañana Figueras, con su increíble museo que siempre fascina por su originalidad y las joyas que encierra. Lo recorrimos despacio hartándonos de belleza y al terminar, volvimos a comer al hotel. 


La tarde la teníamos libre así que unos cuantos alquilamos dos coches y nos fuimos a Cadaqués y a Port Lligat, con lo que salvo por el castillo de Púbol recorrimos los lugares emblemáticos del genial artista.


Y tempranito al día siguiente, con los ojos aún impregnados del azul del Mediterráneo, emprendimos la vuelta a casa con la mente llena de imágenes y el corazón rezumando emociones.


Todos coincidimos en que había sido un viaje estupendo y que estábamos ya ansiando el siguiente. Dejemos volar la imaginación y esperaremos con ganas nuestro nuevo destino.








Texto y fotografías: Julia Baigorri


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