martes, 24 de noviembre de 2015

ASI FUE EL VIAJE AL MONASTERIO DE PIEDRA Y CALATAYUD



Qué manera tan estupenda de decir adiós al calorcito del “veranillo de san Martín” la que tuvimos ayer en nuestro viaje mensual con ADEX. Nos despedimos de Logroño con un magnífico amanecer y cuando llegamos a nuestro destino, el Monasterio de Piedra, el día era espléndido. 



Ya lo había visitado en otras ocasiones y, aunque a veces uno idealiza un lugar y cuando vuelve siente una pequeña decepción porque nada (ni nadie) es como lo es en sueños, curiosamente, este parque natural es un sitio que jamás defrauda.

Fotografía: Blanca Alfaro


Es increíble pensar que, tras los secarrales del paisaje de esa zona de Aragón, y manando del Piedra, un río afluente del “mío” (el Jalón) que no es excesivamente grande, surja ese vergel, ese paraíso del agua, ese derroche de fuentes y vegetación.




Muchas risas, muchas fotos, muchas idas y venidas y siempre el retumbar de las aguas y el trino de los pájaros como única música de fondo. Después, Calatayud, con sus preciosas torres mudéjares, su plaza de casas torcidas y resto de atracciones singulares.




Gracias a todos en general  por el feliz día compartido y en particular a Adex con Ludi y Matilde a la cabeza por lo bien que preparan los viajes. También, cómo no, por el almuerzo al que hay que añadir (también con un gracias rotundo) el exquisito bizcocho de Trini y las magníficas rosquillas de Mari Carmen, mujer de nuestro compañero Humberto.





No sé cuándo volveré al Monasterio, pero sea cuando y con quien sea, podéis estar seguros de que todos vosotros me vendréis a la memoria con un cálido sentimiento de amistad. Hasta la próxima, compañeros.

Texto: Julia Baigorri
Fotografías: Ángel Collado








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