Aunque las predicciones metereológicas no auguraban un día demasiado bueno para ir de excursión a la comarca de La Bureba, el viernes pasado los viajeros de ADEX salimos de Logroño a las ocho de la mañana con mucho humor y con ganas de pasar un día estupendo. Nos dirigimos en primer lugar a la Villa Condal de Oña, situada en el espacio natural de los Montes Obarenes y en las inmediaciones del cañón del río Oca denominado "desfiladero de la Horadada".
Como es natural, lo primero que hicimos al llegar a esta bella población fué buscar un parque para almorzar. Después empezó a llover un poco, pero no nos importó porque entramos a visitar el Monasterio de San Salvador de Oña, uno de los hitos de la historia de Castilla, un impresionante edificio que alberga numerosas obras de arte. Destacan los panteones reales y condales, el retablo mayor barroco, la sillería del coro, diferentes tablas y pinturas murales góticas, la sacrístía con bellas piezas artísticas (nos quedamos asombrados viendo las "aljubas" con que habían amortajado a un rey y a un infante), el antiguo refectorio y el magnífico claustro del siglo XVI obra de Simón de Colonia.
Al terminar la visita al Monasterio de San Salvador, nos dirigimos a la moderna "Casa del Parque" situada en el recinto de lo que era la huerta del Monasterio. Esta Casa acoge en su interior una exposición permanente, apoyada en modernos medios audio-visuales e interactrivos sobre las peculiaridades de estre espacio. Seguro que después de las prolijas explicaciones de nuestro guía, a ninguno de nosotros se nos olvida cómo están las laderas de las montañas que dan al este (calentitas Chu, Chu, chu...).
Más tarde, y sin sobrepasar el muro de lo que antes era la huerta del antiguo Monasterio, dimos un agradable paseo por este parque, donde está además la antigua piscifactoría de los monjes.
Más tarde, y sin sobrepasar el muro de lo que antes era la huerta del antiguo Monasterio, dimos un agradable paseo por este parque, donde está además la antigua piscifactoría de los monjes.
Y salimos rumbo a Frías, la pequeña y bella ciudad medieval situada a los pies del rio Ebro. El primer monumento que contemplamos fue su espectacular puente medieval, uno de los mejores ejemplares de puentes fortificados de España. Después de comer, con un tiempo ya bastante frío y mucho viento, comenzamos la visita guiada a Frías, la ciudad más pequeña de España.
Paseamos primero por sus calles, viendo el trazado medieval de las mismas, y fuimos después a ver la iglesia parroquial de San Vicente, ubicada en un extremo del cortado rocoso. Su portada principal se exhibe hoy en el Museo de los Claustros de Nueva York.
Paseamos primero por sus calles, viendo el trazado medieval de las mismas, y fuimos después a ver la iglesia parroquial de San Vicente, ubicada en un extremo del cortado rocoso. Su portada principal se exhibe hoy en el Museo de los Claustros de Nueva York.
Y por fin nos dirigimos a visitar el famoso Castillo de Frías, uno de los castillos roqueros más espectaculares de castilla, que está situado sobre una peña que domina el Valle de Tobalina.
El castillo aparece coronado por una majestuosa torre del homenaje, símbolo de Frías en toda España. Casi todos los excursionistas subimos por la estrecha escalerilla (¡qué vértigo!) que lleva hasta la terraza almenada, desde donde se contempla una indescriptible panorámica.
El castillo aparece coronado por una majestuosa torre del homenaje, símbolo de Frías en toda España. Casi todos los excursionistas subimos por la estrecha escalerilla (¡qué vértigo!) que lleva hasta la terraza almenada, desde donde se contempla una indescriptible panorámica.
Queremos felicitar a Ana y Jose Antonio, responsables de los viajes en la Junta de ADEX, por la perfecta planificación del mismo. También a Francisco y Chema por cedernos amablemente las fotos que ilustran esta entrada. Y gracias especialmente a todos vosotros por acompañarnos.