domingo, 22 de mayo de 2011
ASAMBLEA GENERAL ORDINARIA
1º- Lectura y aprobación, si procede, del acta de la asamblea anual ordinaria anterior.
2º- Lectura y aprobación, si procede, de la memoria anual y del informe de tesorería.
3º- Renovación de cargos de la junta directiva.
4º- Ruegos y preguntas.
La presencia y participación de todos los asociados en la asamblea , fortalecerá nuestra asociación y dinamizará sus actividades.
miércoles, 18 de mayo de 2011
11ª sesión del club de lectura
domingo, 15 de mayo de 2011
Camino de Santiago
Etapa.- Los Arcos-Logroño
Alguna compañera, ansiosa por caminar, se presentó en la estación una hora antes de la convenida. El cielo estaba cubierto y la temperatura era de catorce grados. Otra compañera nos hizo notar que el autobús llegó a Los Arcos a las ocho y media, y no como el viernes pasado, que lo hizo antes, lo que provocó que se le escapara antes de que ella llegara, junto con otra compañera. De los Arcos a Sansol el paseo resulta agradable por entre campos de cereal y viñas. Antes de llegar a este pueblo, nos encontramos con una señora que dijo escuchar a los peregrinos para ver qué acento tenían. Era de Granada y su acento así lo indicaba. Su marido era de Sansol y en este pueblo pasaban el verano, aunque tienen casa en Logroño. Un señor con dos cámaras fotográficas, colgadas al cuello, se entretenía en hacer fotos a los peregrinos, para colgarlas luego en Internet. Antonio me contó por la tarde que había colgado más de cuatrocientas, así que a cuatro que hiciera por grupo, calculamos que el viernes habíamos pasado por ese pueblo unas cien personas. Bajamos una pendiente y llegamos a Torres del Río. En su plaza algunos peregrinos almorzaban y una señora alemana, nos hizo una foto ante la iglesia del Santo sepulcro. Es de singular forma octogonal y su construcción es atribuida a los templarios. No la pudimos visitar por estaba cerrada.
En ascensión salimos del pueblo por su lado oeste, cuando del cielo caían unas escasas gotas de lluvia que no llegaron a mojar el suelo. Luego de varios toboganes rompepiernas, llegamos a la ermita del poyo del siglo XVI, que unos albañiles estaban arreglando. En la ermita, parada y fonda. Nos acompañaron en el almuerzo dos peregrinos de ambos sexos. El chico, que hablaba español casi correctamente, era de Suiza y la chica que no lo hablaba, de Alemania. Caminaban juntos, aunque no revueltos. Después de dar con las viandas ordinarias, degustamos unas ricas almendras preparadas por Rosa y un pastel de arroz preparado por Mayte. También el sol fue compañero nuestro durante el almuerzo y ya nos dejaría en todo el camino.
Aun quedaban unos diez kilómetros para llegar a Viana, que habrían de ser caminados por una senda con varios tramos de sube y baja, siendo cruzada la carretera en varias ocasiones. Después de subir el último repecho, ya se divisa Viana en la cercanía y Logroño a lo lejos, quedando también a la vista el valle del Ebro. Ya en la plaza de Viana, donde descansamos en sus bancos y saciamos en su fuente nuestra sed, después de sellada la credencial, nos sentamos en una terraza a tomar un refresco. Tuvimos el placer de coincidir en allí con dos personas singulares: Felix Cariñanos, vianes de nacimiento y de morada, licenciado en filología románica, profesor de instituto y autor de varios libros de tradiciones y romances, tanto navarros como riojanos y difusor de la cultura tradicional tanto en prensa como en radio como en televisión y Marcelino Lobato, el peregrino de La Rioja, como el se hace llamar, personaje singular que no duda en ponerse los sayones y demás atributos del peregrino medieval si ello es necesario, por una causa u otra.
Eran las dos y media de la tarde, hacía calor y como en media hora pasaba un autobús por allí en dirección a Logroño, algunos decidimos cogerlo y otros continuar camino. A las tres de la tarde salíamos por la puerta sur de la ciudad en dirección a Logroño. El sol nos pegaba de plano, pero hacía viento, que nos permitía soportar bien el calor. En la ermita de la Virgen de las Cuevas había parado un gran autobús, de matricula alemana, de donde habían descendido un grupo de unos cincuenta mayores de ambos sexos, que montados en bicicletas de todo terreno, se disponían a partir hacia Logroño. Antes de llegar a la muga de Logroño, Antonio nos informó de la condición de terreno salitroso por el que pasábamos, ya que en él crecía entre otros arbustos esparto, caracterizado él por adaptarse bien a ese tipo de suelo. Nada mas asomar la nariz por la embocadura de un túnel que soporta la carretera, un aroma dulzón llegó a nuestro olfato. Procedía de las amarillas flores de la retama o escoba, un arbusto de mediano porte que acompañaba los arcenes de la carretera. Luego de subir un repecho y pasar ante la puerta de la heredera de la Señora Felisa, en pronunciada pendiente, llegamos hasta los aledaños del cementerio municipal, donde pudimos gozar de un gran campo de amapolas que ofrecían su más rojo color. Por una reciente adornada entrada a la ciudad, llegamos al puente de piedra que cruzamos. En el albergue sellamos la credencial y después en la terraza de una cafetería cercana degustamos una cerveza bien fría.
Y colorín colorado, este camino, se ha terminado.
Agradecer a todas las personas que lo han disfrutado conmigo, su grata compañía.
Ricardo Moyano
domingo, 8 de mayo de 2011
CAMINO DE SANTIAGO
Etapa: Estella – Los Arcos
Algunos cogimos el autobús en la estación de autobuses, otros en la parada de la universidad y otros, teníamos intención de ir en coche particular hasta Los Arcos y allí montarnos en el autobús hasta Estella. Los de la estación montamos en el que va a Pamplona, los de la universidad en el que va a San Sebastián y los que tendríamos que montarnos en Los Arcos, no llegamos a tiempo. Los primeros que llegamos a la estación de autobuses de Estella, (estación que perteneció al antiguo ferrocarril de vía estrecha, denominado vasco-navarro que unía las localidades de Bergara y Estella que funcionó desde 1927 hasta la noche vieja de 1967, siendo también conocido como el cangrejero por el rico manjar que antaño suministraba el río Ega) esperamos a que llegaran los compañeros del otro autobús. Algunos decidieron ir al santuario de la virgen del Puy y otros comenzamos a caminar por el camino de Santiago, no sin antes indicar el lugar del almuerzo. Casi sin darnos cuenta, estábamos bebiendo vino de la fuente que las bodegas Irache, tienen cercanas al monasterio del mismo nombre. Monasterio situado en la falda Norte de Montejurra, habitado por Benedictinos ya en el año 958 y que en 1054 el rey de Najera dotó de hospital de peregrinos, siendo edificio que en el S.XVII, albergó la primera universidad de Navarra. En una placa de metal, casi tapada por la corteza del árbol donde está clavada, al lado de una fuente con pilón, se puede leer el aviso de multa por valor de mil pesetas, para quien use su agua para lavar coches.-
El cielo estaba parcialmente cubierto y el viento refrescaba la mañana. Atravesamos un bosque de encinas, al decir de entendidos, trufero, y en poco tiempo llegamos a Azqueta. Las compañeras que no llegaron a coger el autobús en Los Arcos, después de varias vicisitudes y despistes, consiguieron contactar con nosotros en esta localidad. En la plaza del pueblo descansamos un poco y en su fuente saciamos la sed. Por un arreglado camino, ascendimos en dirección a Villamayor de Monjardín. Poco antes de llegar pudimos contemplar una fuente medieval. Los vecinos la conocen como fuente de los moros a lo que es un aljibe del S.XIII. -
Caminando escasos centenares de metros, llegamos a una calle que da vistas al muro sur que soporta la elevada plaza. Desde abajo se distingue una figura, sobre un pedestal, de singular forma de la anatomía masculina, que una vez arriba, en la plaza, es atribuido a la cabeza del rey Sancho I. Sentados en los circulares bancos que rodean a dicho busto, dimos cuenta del abundante y sabroso almuerzo. -
Estando almorzando, llegaron las compañeras que se quedaron en Estella. Después de bien comidos y mejor bebidos nos dispusimos a caminar los ultimaos trece kilómetros que quedaban hasta Los Arcos. El resol se hacía notar y gracias al considerable viento que refrescaba el ambiente, nos libramos de una bochornosa travesía. La hicimos por entre campos de verde y ondulante cereal y viñas. En una de ellas, un grupo de trabajadores de otras latitudes, que hacían la labor de espergular, se disponían a hacer la comida del medio día, calentando las viandas de sus fiambreras sobre unas brasas de sarmientos. Como cada cual tiene su velocidad, algunos se alejaron muchos metros del último grupo. Cuando llegamos a la entrada de Los Arcos, (pueblo que gozó de su mayor esplendor económico en los siglos XV y XVI, cuando dada su condición de frontera entre los reinos de Castilla y Navarra, gozaba de fueros de ambos reinos y estaba exento de pagar impuestos a ninguno de ellos) en una bajera dotada de maquinas de refrescos y bolsas de frutos secos, los primeros en llegar, que descansaban sentados en unos bancos colocados al efecto, nos contaron que una persona del grupo de cabeza, al acercarse demasiado a observar unos juncos, se había caído a una acequia que por fortuna no llevaba agua. Descansamos un buen rato y tomamos algunos refrescos y mas tarde, nos acercamos hasta una cafetería aledaña a la marquesina del autobús, para en su terraza esperar la hora de regreso a casa.
Próxima etapa.- Los Arcos – Logroño (28Km.)
Día.- 13 de Mayo (Si no llueve)
Hora.-7’45 estación autobuses (La Estellesa)