La Asociación de alumnos y ex alumnos “Cultura y Solidaridad”, equivalente de ADEX en la Universidad de Deusto, tuvo la gentileza de invitar a nuestra Junta Directiva a conocer a sus integrantes y a su magnífica universidad. Allá fuimos cinco de los once miembros de la Junta la lluviosa mañana del sábado 19 de febrero, con ánimo de conocer, confraternizar, aprender de sus experiencias y ofrecerles las nuestras. La fecha no fue casual, sino que fue elegida por nuestros anfitriones para que pudiéramos participar en una Asamblea que iban a realizar durante esa jornada.
Al llegar al magnífico y centenario edificio de la Universidad bilbaína, de la orden de los jesuitas, constreñido entre el monte y la ría de Bilbao, divisamos a José Antonio y Maribel, dos de nuestros colegas de la Asociación, esperándonos debajo de un amplio paraguas. Fueron los encargados de guiar nuestros primeros pasos por el edificio, hasta llegar a las dependencias del Instituto de Estudios de Ocio. Allí nos esperaba su secretaria, la profesora Yolanda Lázaro, a quien recordareis porque fue nuestra reciente conferenciante, invitada para que nos hablara sobre temas de su especialidad. Yolanda nos impuso sobre la organización del Instituto, su historia que ya tiene 24 años y sobre la titulación universitaria en Cultura y Solidaridad que el Instituto, adscrito a la Universidad, ofrece a los mayores desde 1999.
Momentos más tarde Eduardo, un joven y cordial profesor de la titulación, se convirtió en nuestro cicerone. Nos guió por la augusta casa, cuyos claustros, dependencias, capillas y aulas no cesábamos de admirar. Desde los ventanales nos parecía que podíamos tocar con la mano el nunca suficientemente ponderado edificio del Museo Guggenheim, asomado, al igual que la U:D:, a la ría de Bilbao. Más tarde Eduardo nos condujo a través de la pasarela Padre Arrupe, que salva la ría, al nuevo y modernísimo edificio de ocho pisos de la Biblioteca de la Universidad, obra del arquitecto Rafael Moneo. La nueva biblioteca reemplaza a las viejas y venerables dependencias de la centenaria sede, insuficientes ya para albergar el millón de libros de su acervo.
Desde la Biblioteca desandamos nuestros pasos por la pasarela, a tiempo para asistir a la Asamblea que estaban desarrollando ya nuestros compañeros de “Cultura y Solidaridad”. Nos recibieron con un cálido aplauso y nos invitaron a explicar que era eso del Club de Lectura que estamos llevando a cabo. Antonio Maeso, micrófono en mano, satisfizo la curiosidad de los compañeros bilbaínos.
Una vez terminada la Asamblea, participamos en una comida con más de una treintena de estudiantes-colegas mayores, en cuya mesa confraternizamos y cambiamos experiencias. Compartiendo la comida, Gloria, la “decana” de los estudiantes, que con sus 84 años nos demostró una vez más, que la juventud no es cosa de alma….naques, sino simplemente de alma. Retornamos a Logroño bajo la misma pertinaz llovizna, enriquecidos con la feliz experiencia y proyectando ya la forma en que les devolveríamos a nuestros cordiales anfitriones las atenciones recibidas cuando realicen próximamente, una visita a nuestra ciudad.
Nora Soto