miércoles, 25 de febrero de 2015

ASÍ FUE EL VIAJE A SAN JUAN DE GAZTELUGATXE



¡Qué bonito amanecer el del pasado viernes! Mientras caminaba presurosa hacia la estación de autobuses pensé que por diversas causas hacía mucho tiempo que no iba con mis compañeros a una excursión de las que ADEX organiza, y además, en esta ocasión, era la primera vez que viajábamos en dos autobuses. Blanca capitaneaba uno, el ocupado por los compañeros de Formación Permanente, y en el que viajaban los de 1º, 2º, y 3º llevaban las riendas Ludi y Pilar.



Tras recoger a los excursionistas que nos esperaban en la Universidad, nos pusimos en marcha camino, como sabéis, de San Juan de Gaztelugatxe, Mundaka y Guernika. Yo, de vez en cuando, oteaba el cielo porque el pronóstico era de lluvia, pero de momento todo iba bien. El almuerzo con el refrigerio que ADEX reparte, y al que los compañeros también añaden sus viandas, se hizo esta vez en una gasolinera cercana a Bilbao.


Llegamos a San Juan, dejamos los autocares en la explanada del aparcamiento, y animados y valientes descendimos primero el terreno un tanto difícil hasta el pie de la ermita y nos pusimos a trepar hasta lo alto y, siguiendo la tradición, tocar tres veces la campana mientras pedíamos nuestro deseo. Al ser muchos, la campana repicó un buen rato espantando un poco a las gaviotas. 


ADEX subiendo a San Juan de Gaztelugatxe.
 Foto: Carlos Rojo. 



Creo que todos la hicimos sonar, quién no tiene siempre un deseo oculto, un sueño por el que suspirar. El paisaje era espectacular, con rocas y peñascos que surgían entre las olas que se deshacían en espumas; este mar por el que el pirata Drake hizo sus pinitos como marino allí por 1543. El descenso, embelesados por las vistas y con el fuelle ya un poco mermado, discurrió casi en silencio y con jadeos más o menos sonoros. Algunos nos paramos unas cuantas veces a descansar, pero todos, como jabatos, llegamos sedientos al lugar donde esperaban los autocares.





Mientras viajábamos hacia Mundaka, íbamos escoltados por el islote Ízaro (famoso por el cine) y por el faro del Cabo Matxitxaco, aquél que aprendíamos en la escuela. Una rápida visita a Mundaka y después a comer. El restaurante, en Busturia, que es un Centro de la Biodiversidad de Euzkadi, estaba situado en un sitio precioso y nos sirvió una exquisita y abundante comida. Pudimos visitar (eso sí, ésta vez en ascensor) el torreón allí existente.

Foto: Chema Iturriaga


Nuestro siguiente destino era Guernika, donde vimos el árbol sacrosanto de los vascos y la Casa de Juntas, con una espectacular claraboya de colores. La lluvia caía ya con fuerza, así que nos refugiamos en las cafeterías de los soportales que rodean la plaza principal. Como todos sabemos, es una ciudad sin un casco antiguo, que quedó arrasado por el cruel bombardeo de los aviones de la Luftwaffe en abril de 1937, en plena guerra "incivil".


Foto: Chema Iturriaga



La vuelta, al menos en nuestro autocar, se convirtió en una sesión de discos dedicados, con un magnífico Djs, Fernando, el chófer. Las canciones, todas de nuestra juventud, nos borraron las agujetas  y convirtieron a ratos el autocar en un acompasado karaoke.
Quiero dar las gracias a la comisión de viajes de ADEX por lo bien que organizaron las cosas, y desear a José Antonio un pronto restablecimiento de su percance. 





También a Blanca y a Pilar por sus desvelos, y os emplazo para la próxima excursión, que confío nos depare un día igual de completo y estupendo.

Texto: Julia Baigorri 

Fotografías: Juan Ángel 
Rodrigálvarez


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