viernes, 20 de diciembre de 2013

ASI FUE EL VIAJE A SALINAS DE AÑANA



Con una gran afluencia de viajeros y un día más bien frío y desapacible, el pasado viernes 13 de diciembre salimos hacia Vitoria para visitar El valle Salado de la localidad alavesa de Añana. Nuestra primera parada fué en la pequeña localidad de Villanañe, donde se encuentra la Torre-Palacio de los Varona, un conjunto fortificado formado por una torre de vigilancia y un palacio.  Allí fuímos recibidos por el mísmisimo Rodrigo Varona, el último de la estirpe (o casi) de los Varona, que conservan la curiosa costumbre de poner a todos los varones Rodrigo de primer nombre. 



Acabada la visita nos dirigimos a Tuesta, donde visitamos la Iglesia de la Asunción. Este templo, construído entre los siglos XII y XIII, es una representación magnífica de la transición del arte románico al gótico. Su portada es uno de los más claros exponentes del arte romático de la provincia de Álava, y en su interior encontramos una magnífica escultura de la Virgen Blanca, siguiendo el modelo conocido por estas tierras como Andra Mari.
Aproximadamente a las doce y media de la mañana, con bastante frío y lloviendo, llegamos a Salinas de Añana, la villa más antigua de Álava, a lo que hace 200 millones de años fueron las aguas de un vasto mar, y donde ahora se levantan las Salinas de Añana, un soberbio paisaje formado por más de 5000 eras, que son plataformas sobre las que se vierte la muera (agua salada) para la obtención de sal por evaporación solar. Distribuídos en dos grupos recorrimos las eras con nuestros respectivos guías, que nos explicaron el curioso fenómeno geológico del Daipiro, la historia de las salinas, y todo el complejo proceso de la obtención de la sal. Algunos incluso probamos el agua (saladísima) de la red de canales de madera  que recorre el valle. La verdad es que este paisaje, muy bien conservado, impresiona. Es espectacular. Visitamos también su tienda, donde se puede comprar sal de todas clases y colores, incluídos unos novedosos frascos de sal líquida. 

A las cuatro más o menos, y después de algunas peripecias, llegamos a comer al restaurante "La Riojana" en Vitoria. Y después, aunque con retraso, nos dirigimos a Bitbat, el nuevo espacio cultural de Vitoria que acoge el Museo Fournier de Naipes de Álava, ubicado en el Palacio renacentista de Bendaña, y el Museo de Arqueología de Álava, en un edificio de nueva creación del arquitecto Patxi Mangado. 

Dos museos en el mismo corazón de Casco Histórico de Vitoria, en los que pudimos visitar por una parte una impresionante colección de naipes de todo  el mundo y de todos los tiempos, que muestra la evolución de la fabricación y de la temática de los naipes en diferentes países, aunque predominan los naipes españoles. Incluye naipes desde el siglo XV, y la temática abarca la historia, el arte la mitología, la adivinación, la musíca, el erotismo y la tauromaquia. 
Y por otro lado, una exposición permanente en el museo de árqueología con alrededor de 1500 piezas articuladas en un discurso que se extiende desde los orígenes prehistóricos de álava hasta la Edad Media. Aunque lo cierto es que, dado el retraso que habíamos acumulado, tuvimos que realizar estas visitas con rapidez antes del cierre.



Y a la salida de los museos, un paseo bajo la lluvia.

Damos las gracias a José Antonio y Ludi por la buena organización de este viaje, en el que hubo algunos despistes que no son en absoluto achacables a ellos, pero de los que tomamos buena nota para futuras excursiones. 
Gracias también a Juan Ángel, autor de las fotografías, y a todos los que nos acompañaron en esta excursión. La próxima, será el año que viene. Hasta entonces, Feliz Navidad a todos. 



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